Átame

Nunca antes había deseado atar a una mujer. Y sabía que mentalmente la ataba a él, aun cuando sabía que no tenía derecho a ello.
Se arrodilló a su lado y con gentileza le acarició debajo de los pechos y por la curva de la cadera, un contacto leve y excitante a medida que su fantasía crecía. En ese momento la tenía en su poder. Podía hacer lo que quisiera con ella. Y sabía con exactitud qué era eso. Cuando ella pronunció su nombre, con voz suave y suplicante, se inclinó para darle un beso en la mandíbula y descender por la fina columna del cuello. Dedicó un tiempo considerable a esa tarea. Lentamente descendió, provocándole las cumbres de los pechos, para terminar con incursiones por los pezones erectos. Introdujo un pezón en la boca y succionó, provocándole un jadeo de ruego cuando empleó labios y dientes. Mientras succionaba, dedicó la mano libre a jugar con el otro pezón, apretando y frotando como sabía que la excitaba.
Ella arqueó el cuerpo y se retorció bajo las caricias que le dedicaba. Desesperado por tenerla, pegó el pene a su cadera. Con delicadeza le lamió la caja torácica, después se movió hacia el centro de su cuerpo para meterle la lengua en el ombligo. Sintió los musculos de ella temblar y provocaron una misma respuesta en él. Agarró una almohada y la metió bajo sus glúteos, con el fin de abrirle los muslos y situarse entre ella. Ella emitió un leve gemido, que podría haber sido una protesta... o una invitación.
No le importaba. Sabía lo que quería. Besarla. Darse un festín con su esencia.
Con suavidad le apartó los pliegues del sexo con los dedos y sintió que se aceleraba al descubrir hasta donde llegaba la excitación de ella. Estaba blanda, inflada y lubricada. Con un sonido torturado procedente de su garganta, se inclinó para encontrar con la boca y beber la dulzura con labios y lengua. Sabía a calor, a miel y deseo femenino. Al aferrarla por las caderas para aquietarla con una especia de amable salvajismo, ella gimió en protesta. Pero esa noche quería el control, el poder y la satisfacción de llevarla al climax. No había manera de expresar sus emociones con palabras. A cambio, utilizó la boca.
La besó, la acarició. Experimentó con el ritmo, la presión y el ángulo de la boca hasta descubrir qué era lo que más le gustaba a ella.
Y cuando sintió los primeros temblores del orgasmo contra su boca, sintió que algo fiero y tierno le atenazaba el pecho. Ella gritó su nombre cuando la llevó hasta el precipicio. Él bebió del orgasmo, asombrado por las sensaciones que le transmitía desde el núcleo hasta sus labios. Aguardó hasta que los temblores se mitigaron. Luego, medio enloquecido por su propia necesidad, se arrancó los calzoncillos e introdujo el miembro palpitante en ella. El sexo siempre había sido una forma de placer físico. Pero esa noche era una pequeña parte de lo que sentía. Fué dominado por unas sensaciones que jamás habría podido articular. Sin embargo, las sintió hasta lo más hondo de su alma.
La sintió moverse al mismo ritmo que él. Sin darse cuenta, ella se había soltado y le clavaba las uñas en la espalda.
Entonces él tembló con la fuerza absoluta de su liberación, con la cabeza echada hacia atrás a medida que el éxtasis lo envolvía. Sintió el cuerpo de ella convulsionarse, sintió que lo agarraba con más fuerza, la oyó gemir de placer mientras lo seguía al lugar donde había vuelto a guiarla. Se derrumbó sobre ella, demasiado extenuado para moverse. Cuando el cerebro volvió a funcionar, intentó ponerse de costado, pero ella no se lo permitió.
-Quédate dentro de mí. Murmuró.
Él también quería permanecer conectado a ella el tiempo que pudiera. La rodeó con los brazos y rodó hasta situarse de lado sin soltarla. Ella acurrucó la cabeza sobre su hombro y él le acarició el pelo.
-Deberíamos dormir. Ha sido una noche larga. Murmuró él.
-Sí. Susurró ella.
26 comentarios
Para kysha, rememorando recuerdos -
kysha -
Atlanta -
Las dudas que suscita el texto respecto a su interpretación, son las dudas que suscita la propia vida ante esa misma circunstancia...la interpretación.
¿Cómo saber si la atadura era sólo mental, si resulta que en la liberación queda una huella física, dolorosa y oculta...?..aunque esta huella sea la de unas simples marcas de uñas resultado de un encuentro pasional..
Quizás es que en este Mar de Dudas ninguno de los dos sabe exáctamente dónde se encuentra (digo, los protagonistas de este bello encuentro)....si en el mundo de la mente, en el virtual, en el físico, en el real...Cuando todos se entremezclan día a día, segundo a segundo, llega un momento que resulta complicado distinguir..o quizás, llega un momento, en que arrastrados por las corrientes submarinas, las de la vida que no se controla, las del deseo que tampoco obedecen a la razón, las del amor que menos que ninguna obedecen a nada ni a nadie han decidido ambos (insisto, los protagonistas) dejarse llevar por el momento, amarse en los fugaces instantes que les brinda la vida, y no preguntarse demasiado, quién ata a quién, ni quién deja huella en quién...
Para clara, por exclusión -
clara -
Para clara, ¡válgame el cielo! -
clara -
De cómo lograr que la imaginación te abra los ojos y otras cosas y hasta llegues a ver...
Para Abril, relatos eróticos mil -
P.S. El amor es caníbal, por eso se adentra hasta la caja torácica...para sacarla de su pecho. No sigo que vuelvo a embalarmeeeeeeeeeeeee
Para Pléyades, sencillamente estimulada -
Para cielodescubierto, con lectura 'precox' -
Abril. -
P.S. Mucho tuvo que adentrarse para lamerle la caja torácica. Pobre mujer ¿No habría sido mejor conformarse con lamerle el torso? ;-))
Saludos calurosos.
Pléyades -
-Todo lo que estimula el pensamiento es bueno, al margen del sentimiento que provoque, como verás es sencillo.
cielodescubierto -
Otro beso, señorito ;)
Para monocamy, contribuyendo a la pertinaz sequía -
Para Pléyades, por el sexo dialogado -
Para Noa-., por el camino correcto -
Para Una María de tantas, puntuando bajo -
P.S. El te ha dado a tí una matrícula de honor.
Para cielodescubierto, fuera de juego desde la caja torácica -
Para Kaleidoscopio, antojada ¿de nuevo? -
P.S. ¿Qué tal el pequeñín J.D.?
monocamy -
Gracias por contribuir, hidratándome, a conservar mi línea :)
Pléyades -
Jo! Me has dao el domingo!!!
Pléyades -
Lo qué más me ha llegado...? Los tres últimos párrafos. Un beso
Noa- -
Dulces ataduras, que recorren el camino de la lujuria y el deseo.
Besotes
Una Maria de tantas -
Menudo festin se han dado estos dos !!! Es lo que yo digo, cuando se trata del Amor ... es que hay que dedicarle su tiempo, ponerle su voluntad a la cosa, agregarle unas gotitas de morbo y envolverlo todo con una mezcla de ternura y agresividad y yo creo, que con toda esta mezcla, la cosa tiene que salir bien a la fuerza .... Este individuo yo pienso que lo ha hecho estupendamente !!!
Yo le doy el aprobado.
PD: Donde vive este?
cielodescubierto -
PD. Pese a todo, buen relato, caballero ) ;)
Un beso
Kaleidoscopio -